-Tripulación, estamos a punto de dar
el paso más grande de la humanidad.
La afirmación del capitán Alrey IV no
tenía nada de exagerada. La humanidad durante millones de años
había ido conquistando todos los planetas, sistema solares y
galaxias hasta dominar por completo la inmensidad del Universo.
No había rincón del cosmos que no
hubiese sido explorado, explotado y ahora estuviese sobrepoblado.
La nave New Universe era un mar de
silencio. Los tripulantes miraban nerviosos lo que se extendía ante
ellos, el límite del Universo.
El tejido espacio-tiempo formaba una
pared sólida, no había densidad ni profundidad, estaban a punto de
salir de la caja.
El maestre Jim se acercó a su capitán
y le murmuró al oído. Llegó la hora.
Alrey IV volvió en si mismo.
-Tripulación. Hoy vamos a hacer lo que
hasta ayer parecía imposible. Vamos a responder a todas las
preguntas. Necesitamos hacerlo, pues nuestro Universo se muere y
nosotros con él. Puede que no encontremos nada, puede que
desaparezcamos sin dejar rastro, pero si existe algo allí- hizo una
pausa para gritar- ¡Lo conquistaremos y nos salvaremos!.
El discurso causó un gran estruendo de
gritos y vocerío, transformó el miedo en euforia y valor.
-Inicien propulsión -rugió el
capitán.
La nave comenzó a atravesar el fin
como si de una membrana se tratase. Y entonces, la tripulación
enmudeció. Cruzaron sus miradas con ellos mismos, los miembros de la
nave que entraba al Universo que abandonaban.
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